Doña María Judith Rodríguez es una gestora cultural magangueleña que 25 años atrás rescató una tradición de la ribera del Río Magdalena y la llevó a escena.

De la supervivencia de pescadores que en sus faenas diarias sacan el bocachico que venden para comer el pan de cada día, María Judith dio a luz a la danza 'Brisas del Río Magdalena'. Hoy sigue siendo su directora.

Quince años después de haber nacido esta danza de relación, María Judith le apostó a sacar su grupo del municipio ribereño y lo trajo a Barranquilla. El Carnaval de la 44 fue el escenario que escogió. Allí llegó, allí se 'matriculó' y ya cumple su tercer lustro asistiendo a las fiestas.

Este sábado, en la Batalla de Flores Sonia Osorio, en el Carnaval de la 44, Judith María recordó su historia de hace 15 años. Llegó al Carnaval de la 44 con sus hijas Ana y Julieth. Lo que no sospechaba ella era que sus dos adolescentes hijas de ese entonces estaban embarazadas. Ellas tampoco lo sabían.

“Supimos que estaban embarazadas cuando llegamos a Magangué”, recordó Judith María al mencionar a sus dos hijas, Ana y Julieth.

Ana habló de lo que sucedió hace 15 años en el Carnaval de la 44. “Regresé a Magangué con mareos pero yo pensé que era porque estábamos tomando mucho, nos gozamos el Carnaval y la bomba explotó: ¡vamos a tener bebé!”.

A su lado estaba esa bebé que nació hace 15 años, Ariadna Rodríguez. “Empecé a bailar desde chiquitica”, dijo la joven adolescente.

Pero la protagonista de esta historia de dos hermanas embarazadas y que aún no lo sabían no es solo Ana Rodríguez. A su lado, estaba Julieth Rodríguez, la otra adolescente de ese entonces y coprotagonista. Ella recuerda que “no sabíamos” y vinimos a bailar acá al Carnaval y de regreso a Magangué “nos sentíamos con maluqueras del embarazo”. El fruto de ese entonces es Loraine quien dice que “baila desde bebé”.

Como su fuera poco de esta historia en la que la abuela, dos hijas y dos hijas de sus hijas, otro pequeño, Diego Taborda, el retoño más pequeño, de seis años, también hace parte del grupo de 30 integrantes de esta danza.

Todos ellos viven en un barrio subnormal de Magangué. Y queriendo que los niños dedicaran los tiempos de ocio al arte, María Judith los integró un dia cualquiera en familia y tomaron la decisión de tomar un grupo representativo de la región.

“Representamos la subienda, bailamos y vendemos bocachico en el desfile”, asegura Maria Judith quien espera que otras generaciones de la familia Rodríguez de Magangué se sigan integrando al grupo.